No merece la pena torturarse por aquello que hicistes, por aquello que sucedió. El ser humano está hecho de errores. Por ello, hemos nacido para caer, y levantarnos, y caer, y levantarnos, y con esas caídas, hacernos heridas cuyas cicatrices nos hacen más fuertes cara a cara al mundo.
Los recuerdos están bien. Pero no los tristes. No te amargues por ellos.
Puesto que el lugar de los recuerdos, es el viento.
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