Elegir un camino es fácil, pero el correcto no tanto.
Y después de tantos tropezones, de tantas idas y vueltas. Y lavados de mente, y nuevas “reprogramaciones”. De tanto prueba y error, y corrección. De tantos cambios de camino, uno aprende, y se empieza a conocer. Conocer quién es, qué quiere, y hacia donde va... y por primera vez va hacia el buen camino.
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